viernes, 22 de febrero de 2013

¿ENTREVISTA DE TRABAJO?

Ayer acabó el día a priori con una buena noticia: hoy tenía una "entrevista" con el mandamás de una orquesta. 
Tras un largo camino por el desierto musical y laboral que supone León para mí, esta llamada era una luz entre tanta oscuridad. Que el anuncio gratuito que puse en el periódico local lo leyera alguien ya me parecía algo sorprendente. No dudo en admitir que me cuesta mucho adaptarme a una ciudad pequeña en materia de buscar trabajo y más en esta, donde el caciquismo te cierra puertas y el conocer a las personas adecuadas te las abre. Imagino que como en casi todos los sitios.
Buena noticia a priori, pero tras colgar el teléfono hice las siguientes reflexiones:

_1. Una orquesta que en febrero no tiene formación cerrada dice mucho de ella..

_2. No encontrar ninguna referencia en la red acerca del nombre de la orquesta dice mucho de ella one more time.

Bueno, esta mañana me levanté con el mismo optimismo de siempre, es decir, ninguno. Y allá que fui al lugar donde había quedado. 

"Los ladrones van a la oficina" era una gran serie y el bar donde yo había quedado tenía ese nombre: La Oficina. ¿Revelador? No, cutre, muy cutre, un bar donde no me tomaría nada que no abriera yo, un lugar donde no había encendida ni una bombilla.
Eran las 12 en punto cuando entré allí con mi cara de otear el panorama y vi mi objetivo sentado contra una pared alicatada con azulejos de los años 70 grasienta como el mandil de un churrero, leía el periódico apoyado en una mesa diseñada para hobbits o parientes de Torrebruno. Pero no era Torrebruno quien allí estaba sino un eslabón perdido entre Maria Antonia Iglesias con barba y el patriarca gitano de Cruz y Raya. 
Un sombrero gitanesco cubría su cabeza redonda y desproporcionada con el resto de su cuerpo, vestía un traje oscuro con camisa abierta de ese color blanco que ya no lo es de las casas antiguas. Le extendí mi mano y pregunté seguro de la respuesta:
_ ¿Juanín?_ apretó mi mano con la suya, que bien podría ser una ristra de chorizos criollos "adornados" con varios anillos de esos que son negros, como de gente rancia de la época franquista, de Pasapoga.
Se levantó y me invitó a ir a la barra a charlar: 
_ ¿Qué tomas?_ me dijo.
_ Creo que me voy a tomar una cerveza, de botella_ contesté mientras me sentaba en un taburete y miraba al camarero que, como viene siendo costumbre en antros de este pelo, andaba a su bola hablando de gilipolleces con otros parroquianos en vez de atender o saludar a los clientes que pudieran entrar.
_ ¿Has estado en alguna orquesta?_ me preguntó el paisano, como para romper el hielo.
_ Sí, el año pasado. Este año no seguí porque no prometía un mínimo...
Me interrumpió rápidamente diciendo a la defensiva "Yo tampoco te prometo fechas, están todas igual...y tampoco doy de alta en la seguridad social..
_ Pues mal empezamos_ fui yo el que interrumpí esta vez. Me levanté de la banqueta, le extendí la mano y concluí: "Pues nada, hasta otra".

Sin decir palabra me dio la mano y salí a la calle con la sensación de ser un fantasma para el camarero. Miré el reloj en el móvil, las 12:01. Compré una chapata y me fui a casa. Es lo que hay...

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