viernes, 31 de mayo de 2013

FESTIVAL JEVI, CRÓNICA DEL BOLO DE AYER, VISTO DESDE MI PUNTO DE VISTA.

Años hacía que no daba un bolo de música heavy y menos en un festival local. Ya no recordaba esa sensación de llegar muy temprano y esperar, esperar y esperar.
Como hago casi siempre me fijé en el instrumento que horas más tarde me tocaría aporrear. Era una Mapex Pro con 4 timbales 2 de ellos de suelo y mogollón de soportes colocados a la manera que mejor le convenía al dueño del mamotreto.
Decir que toqué bastante incómodo en el bolo pues las distancias no tenían nada que ver con las que yo tengo puestas en mi bate, que es más recogidita y accesible pero el tema distancias lo tocaré más adelante.
El escenario era grande, un camión perteneciente a una orquesta llamada European petipeich y se había colocado en un parque chulo junto al río pero me sorprendió no ver ninguna barra montada para que los asistentes al evento pudieran tomar avituallamiento pues los músicos estábamos bien surtidos ya que la organización a la que agradezco su esfuerzo (chapó) nos tenía reservada bebida fresca, comida, merienda y cena de sobra. Tortillas, empanadas, y parrilla...un placer.
El ayuntamiento como suele pasar habiendo melenudos de por medio, defenestró el festival a las afueras de la villa donde eran fiestas patronales así que sin aliciente de barra para todos (obstáculo puesto por el ayuntamiento) la afluencia de gente fue menor a la esperada y deslució un poco aquello.

Vuelvo al momento en qué llegamos, sobre las 15:30. La banda que puso la bate estaba empezando a probar, puedo prometer y prometo que al menos 20 minutos duró la prueba del bombo, sólo bombo y así nos quedaron las cabezas, como un bombo. Bueno, a las 16:45 parece que terminaron de probar y cual fue mi sorpresa que el batería de esa banda empieza a quitar herrajes y soportes de plato. No entendía muy bien el porqué. Podría haber quitado solo los platos, pedales y caja...lo de siempre vamos, y así ir más rápidos porque había que empezar a las 20 y eramos 5 bandas.

Siguiente banda, eran 8 personas entre gaitero, flautista, guitarras, un banjo...el escenariaco se hacía pequeño. El batería según subió empiezó a quitar timbales, a moverlo todo...otro caos organizativo.
Mientras probaban vimos desde la parrilla como unas jevis con pelucas plateadas y azul turquesa montaban una especie de mercadillo con maniquíes presididos por un Uruk-Hai (WTF) escala 1:1. Este hecho despertó nuestra curiosidad y fuimos a la carpita que había para las bandas. Al parecer había llegado el supuesto grupo potente del festival, "Zenobia" (nombre que parece sacado de una tienda de vestidos para bodas). Traían 2 furgonetas cargadas con "cosas" en general que no valían para nada como 8 patallacas con el logo de la banda, la batería completa, compuesta por 2 bombos y demás...el caso es que sin decir nada a nadie empezaron a subir sus mierdas al escenario mientras todavía estaban probando el "ejército celtíbero". Es decir, que iban a probar antes que nosotros. Al ver inviable poder montar su bate "solo" montaron las pantallacas de atrezzo. Venían sin bajista y como venía siendo norma...otro que puso la bate a su manera...tardaron casi lo mismo que el grupo anterior en probar y eso que sólo eran 3.

Llegó nuestro turno 35 minutos en subir, probar y bajar, ¿para qué más? No me molesté mucho en amoldar la bate a mis distancias, me iba a dar lo mismo porque tocábamos los segundos y me lo volverían a cambiar todo, además los pocos herrajes que dejó el primer bate apenas se podían mover y los que yo llevé de más no los podía acoplar muy bien por falta de espacio en la tarima. Me preguntaron mis compis: ¿qué tal lo oyes, José? A lo que respondí: Mal, mucho barullo pero da igual. Que me baje el general.

La última anécdota fue tocando...noto que alguien me toca por detrás junto al monitor que había pedido bajaran en la prueba y que como sospechaba iba a estar de cualquier manera. Así fue, en este caso estaba a un volumen brutal  nivel "Manowar". Sorpresa, veo al batería de Zenobia moviendo los labios mientras mi maltrecho oído izquierdo sufría con una infame bola de sonido y mi cuerpo sufría en cada golpe (entre el timbal 2 y el primer base podría haber aparcado un camión Scania sin rozar los bordes de ambos timbales y el ride se comía 2/3 de superficie del parche del este útlimo). Fruncí el ceño y pregunté:
_ ¿Eeeh?
_ Esforcijertas sondutior flonguer_ &&&amaneció rojo&&&....
_ ¿Eeeeeeh, qué dices?
_ Tergu jorflin monguer_ &&&no hay más dolor&&&....
_ ¿Pero, ¿qué cojones quieres ahora? No te entiendo colega, ven luego...

Y ahí se quedó la cosa porque no volvió. Esta anécdota me hizo sentir como cuando Pablito Terrores despistaba con ceniza de muerto a los rivales del Undertaker para hacerles perder el combate. En fin, festivales jevis...