sábado, 1 de marzo de 2014

SURREALISMO ALMODOVARIANO

Hacía tiempo, en los cursos preparto, oímos hablar de una asociación no gubernamental y al parecer sin ánimo de lucro llamada: "La Liga de la Leche". No es coña, existe. El nombre puede dar lugar a chistes de todo tipo, lo entiendo, tiene origen en Estados Unidos y no lo catalogaré de secta porque su "ser divino" se llama teta y veneran todo lo que sale de ella pero lo que viví ayer en una de esas reuniones, me hizo dudar de la estabilidad mental de sus miembros.

Todo empezó con una curiosidad de Elena acerca de la alimentación de los bebés y la vuelta al trabajo tras meses de baja maternal, como proseguir con la comida una vez que la criatura llegaba a cierta edad y esa fase en la que no era ella la que tenía que nutrir al bebé con otra cosa que no fuera lactancia materna.

En fin, el caso es que ayer había una reunión en León a las 17:00 horas, al parecer una vez al mes la Liga se reúne para dar charlas coloquio, información y, porqué no decirlo, para vender fulares y/o captar madres que quieran colaborar altruistamente con su tiempo o su dinero.

Elena quería ir, yo no. Pero un error provocado por mi ansia futbolera me llevó a acompañar a Elena al centro cívico dónde se celebraría la reunión con la excusa de quedarme en el bar de abajo para ver el fútbol, todo parecía guay, Elena con su Liga y yo con la mía. Error y gordo, el partido es mañana y como estoy retirado de casa me "apunto" a la reunión de la Liga.

Entro en la sala de unos 25 metros cuadrados y al fondo junto a la ventana me espera Elena con Valentina, estaríamos allí unas 5 parejas con sus críos de diversas edades, la mayoría lactantes y más tarde se unieron 3 personas más con niños de los que joden en el bar o el restaurante. Al llegar junto a Elena veo una tipa de vestida de ratón que reparte folletos (¿esta tipa es de la Liga?) Pues sí, lo era, y como era carnaval pues sólo me reí para dentro.

La ratón no era la conductora de la charla sino otra mujer de anchas espaldas y enormes senos, era lógico no esperaba menos. La mujer vino con sus 2 hijas una preadolescente y otra que no llegaría a los 6 años, ambas niñas estuvieron molestando toda la reunión junto con los niños mayores de 1 año que se acoplaron sin motivo aparente.

Empieza la charla y todo aparentemente normal, hasta que abre la boca una madre que fue sola con su niño que nos empieza a contar una brasa sobre su parto, la sala del hospital y que acabó hasta el rabo de su madre y su suegra y bla, bla, bla..entiendo que su marido no fuera con ella, era insorportable y aprovechaba la mínima ocasión para contarnos sus mierdas yéndose del tema principal de la charla. Esa gente vota, que lo sepáis y su voto vale lo mismo que el de cualquiera.

Claro, entre lo poco que a la gente le podía importar las mierdas que contaba esta tía, la cantidad de niños jugando por allí, que si cuántos meses tiene el tuyo...pues era inevitable el murmullo, los corrillos y cuando  hablaba uno para todos pues era difícil entender lo que se decía. La ratón con buen criterio dijo que por favor no se hicieran corrillos que bla, bla, bla...coño, mandar a vuestros hijos porculeros a jugar a otro sitio, en fin, los hijos de uno nunca molestan, eso deben pensar en la Liga.

Continuó la cosa con más pena que gloria, pude detectar cierto resentimiento hacia los profesionales de la pediatría por parte de las madres pertenecientes a la asociación y tras más de una hora de reunión empecé a sentirme en un sketch de Martes y Trece, al menos 4 mujeres estaban dando el pecho a la vez mientras se contaban lo mal que dormían por las noches o las tomas que demandaban sus hijos...Elena y yo, solo mirar y callar.

Por último y ya fue lo que hizo que nos marcháramos fue una contestación de lo más surrealista a la propuesta de uno de los padres que estábamos allí. Como del tema principal se habló poco o nada, el padre hippie que teníamos al lado expuso algo sobre guarderías alternativas u otro tipo de educación para niños pequeños, si había alguna en León... (tampoco prestaba mucha atención a las tonterías que se decían) a lo que contestó la tetas: "Después de la reunión que va sobre alimentación y el papel del padre hablamos de eso o lo que sea..."
El chaval contestó: Vale, me parecía interesante y bla, bla, bla...ahora que estamos todos se podría comentar...
El caso es que no sé qué cojones más dijo el padre que la ratón soltó: Eso son asuntos internos de la Liga...

Ale Elena, vámonos volando!!! Nos fuímos en mitad de aquel guirigay con ganas de tomar un piscolabis y llegamos a la entrada del centro cívico que era amplia y con altos techos, con una resonancia digna de la mayor de las catedrales góticas europeas y nos pusimos abrigar a la nena pues hacía fresco y llovía.

En ello estábamos cuando algo nos sobresaltó, una voz potente que provenía de una octogenaria en muletas cuya cara distaba apenas unos centímetros de la cara de la chica de información preguntó a voz en grito sin previo saludo ni nada, a lo loco:

_¡MAÑANA, ¿A QUÉ HORA ES EL BAILE?

Después de esto volamos al bar pensando en no volver jamás a pisar un mal llamado centro cívico.